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lunes, 11 de abril de 2016



               MI BEBE TIENE FRENILLO.


     Frenillo corto en la lengua de los bebés

El frenillo corto no se deja ver tan fácilmente, en esas ocasiones puede detectarse observando al niño ya sea, si tiene dificultades para comer o para hablar.


                                        


Se suele usar la expresión frenillo corto para denominar a quien le cuesta hablar por un problema con su lengua. Esta se encuentra muy sujeta a la parte inferior de la boca, lo que dificulta su movimiento y dificulta el lenguaje. En el caso de los bebés, esto puede causar problemas cuando se les da de mamar y evidentemente también en el habla.



¿Cómo se diagnostica?



En general, el frenillo corto se diagnostica en el primer examen médico que se le realiza al bebé apenas nace.

El especialista meterá los dedos en la boca del niño y palpara el paladar y la lengua.

Pero hay ocasiones en que el frenillo corto no se deja ver tan fácilmente, en esas ocasiones puede detectarse observando al niño ya sea, si tiene dificultades para comer o para hablar.

Dificultades en la lactancia y el habla




Es pertinente decir que algunos niños con frenillo corto no necesariamente presentan dificultades de alimentación o del habla.
Sin embargo, otros bebés si tendrán dificultades para poder mamar, ya que no podrán usar la lengua para succionar el pezón de la madre.

Por otro lado, si su lengua no sobresale más allá de la encía inferior, el bebé no podrá tomar la cantidad suficiente de leche materna.

Problemas más comunes


  



Aunque no todos los niños con frenillo corto padecen todos los problemas a mencionar, la mayoría de ellos los ha experimentado, ya sea uno de ellos o todos.Algunos son:
Problemas para amamantar y tomar la leche materna.
Desprendimiento del pecho de mamá mientras se toma su leche.
Pezones doloridos, mastitis y/o conductos bloqueados en la madre.
El bebé no se alimenta como es debido y queda con hambre.
Bajo peso del bebé.

Tratamiento



Algunos médicos opinan que no debe tratarse el frenillo corto, ya que hacia el final del primer año del bebé se corrige por sí solo.

Ahora bien, si el problema no se corrige solo después del año, un cirujano pediátrico puede intervenir al niño para separar el frenillo. A esta cirugía se le llama frenulotomía.

Otros especialistas optan por la cirugía solamente si el pequeño presenta reales problemas de lenguaje que una terapia no ha podido corregir.

En qué consiste la cirugía


    




La cirugía va a variar dependiendo de cada caso, la edad del pequeño y otras variantes.

Si es un caso grave, se pone anestesia general y se procede con la separación del frenillo, por lo que esta cirugía requiere hospitalización.

Puede ocurrir también que el frenillo corto no sea demasiado pronunciado, en ese caso la cirugía se realiza con anestesia local y no requiere hospitalización.

El procedimiento consiste en cortar la piel, separando el frenillo de la parte inferior de la boca. Es algo simple y se hace muy rápidamente.

Problemas de lactancia




Es evidente que el frenillo corto causa algunas dificultades en la lactancia para algunos bebés.

El niño necesita realizar movimientos ondulantes con la lengua para succionar el pezón y alimentarse de manera óptima.

Si no logra hacer ese movimiento no obtendrá suficiente leche y causar dolor a la madre al morderla sin lograr su objetivo.

Otro problema son los gases y cólicos, producto de una alimentación interrumpida e incómoda.

Consecuencias del frenillo lingual corto para las madres



Generalmente, el que el bebé posea un frenillo lingual demasiado corto traerá consecuencias tanto a la madre como al bebé.

Si una madre da el pecho a su hijo, y éste tiene anquiloglosia, tendrá una enorme sensación de dolor durante el momento de la lactancia, ya que se pueden producir grietas por la fricción y la excesiva presión que habrá dentro de la boca del pequeño. Además, estas grietas pueden favorecer las infecciones bacterianas causadas por un mal drenaje de los conductos mamarios. La conclusión que saca la madre ante situación es que la lactancia materna es una experiencia dolorosa y desagradable.



También pueden darse dos situaciones totalmente contrarias. Por un lado, pueden producirse casos de hipogalactia, en los que hasta debido a la anquiloglosia del pequeño, la cantidad de leche producida es insuficiente. Pero puede ocurrir la situación totalmente opuesta, en la que para compensar el problema, la madre puede padecer ingurgitaciones constantes.

Además, a los bebés que tienen el frenillo lingual demasiado corto les cuesta dejar el pecho por sí mismos, volviéndose irritables y haciendo que la madre se muestre cansada y frustada, pudiendo llegar a abandonar la lactancia materna de forma precoz.

Puede ocurrir, por el contrario, que las madres no sientan ningún tipo de dolor durante la lactancia, pero que sientan que aunque el niño mame, éste demanda constantemente más y no gana suficiente peso, llegando a pensar que su leche no es de calidad o que producen poca, cuando en realidad el problema es que la succión no es del todo efectiva.



Esto, a modo de resumen, es más o menos lo qué ocurre si tu hijo tiene el frenillo de la lengua demasiado corto; no sólo influye en el tema articulatorio, como generalmente se cree, sino que también influye en algo tan natural y precioso como es la lactancia materna.

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