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miércoles, 27 de enero de 2016






EL AMBIENTE MAS ADECUADO PARA LA HABITACIÓN DE TU BEBE.



El cuarto del bebé es el lugar de la casa donde tu pequeño pasará más tiempo en sus primeros meses de vida. Por eso es importante asegurarte de conseguir un ambiente adecuado en cuanto a la temperatura, humedad y otros factores. Repasemos algunos consejos para conseguirlo.



               



La temperatura es el principal factor que influye en el bienestar del bebé. Es tan malo que pase frío como calor, ya que el sudor puede provocar deshidratación, problemas en la piel y resfriados si la ropa se queda húmeda. Lo ideal es que intentes mantener una temperatura de entre 21 y 24 grados durante el día, cuando el bebé está activo y fuera de la cuna, y de 18 a 20 grados por la noche, porque al estar abrigado con el pijama, sábana, mantas, saco de dormir, etc. su propio cuerpo genera un considerable calor.
El sistema de calefacción ideal para los bebés son los radiadores, ya sean de gas o eléctricos, porque ofrecen un calor agradable y homogéneo. Es mejor que además permitan regular la temperatura del cuarto del bebé de forma independiente. No es aconsejable usar estufas de butano, braseros, etc. porque vician el ambiente y son peligrosas. Además, recuerda que la cuna, el parque, hamaca, trona, etc. no debe estar cerca de las fuentes de calor.


Para controlar la temperatura y la humedad, instala un termómetro y un higrómetro en la habitación del bebé, los encontrarás en las tiendas especializadas y en las ópticas. También puedes comprar un vigilabebés que incorpore sensores con esas funciones, como por ejemplo este modelo.

              

Finalmente, para que tu bebé esté siempre confortable en su cuarto, asegúrate de limpiarlo y ventilarlo a menudo, instala persianas o cortinas para garantizar la oscuridad durante la noche, pon una lamparilla o luz quitamiedos para que puedas controlarle sin tener que encender todas las luces y evita las alfombras, moquetas, cortinas gruesas y otros elementos en los que se tiende a acumular fácilmente la suciedad, el polvo o los ácaros.



Las paredes de la habitación.



La decoración de las paredes del cuarto es lo primero que hay que decidir y en base a ello planear el resto de la habitación.

Primero hay que decidir el color. Para los primeros años son preferibles los colores neutros que transmitan serenidad como el beige, el habano, el verde claro o si ya sabemos el sexo podemos optar por los tradicionales rosa y azul pero en tonos suaves.

Más o menos después de los dos años podemos aportar notas de color más fuertes para estimular su creatividad. No debemos olvidar que el cuarto también es lugar de juegos.

Luego, es muy importante el tipo de pintura. Son preferibles las pinturas al agua, no tóxicas y lavables, mejor aún si es una pintura ecológica libre de metales pesados.

En el caso de elegir papel para decorar las paredes, éste debe ser lavable, especialmente para cuando comience a dibujarlo todo.

La iluminación del cuarto del bebé.


Si la habitación no es demasiado grande, basta con una luz cenital y una luz indirecta. Hay que aprovechar al máximo la luz natural que entre por las ventanas, por eso las cortinas deberían ser translucidas y ligeras en tonos claros.

Es preferible evitar los tubos fluorescentes y las lámparas halógenas.

En cuanto a la instalación eléctrica hay que tener sumo cuidado de que no quede ningún cable a alcance del niño y que estén siempre fijados a la pared.





El suelo de la habitación del bebé.



En cuanto al suelo las premisas fundamentales son seguridad y limpieza ya que en cuanto empiece a gatear y luego a andar el niño estará en permanente contacto con el suelo.

Las moquetas mejor descartarlas pues acumulan ácaros y en caso de poner alfombras elegir aquellas que sean lavables.

También es importante que se trate de un material resistente y duradero para soportar los ajetreos de los niños. Una buena opción, además de decorativa, es el suelo de linoleum. No debemos recargar l Cumplidos los primeros mesos del bebé podemos optar por cubrir una zona de la habitación con una alfombra de goma, una superficie blandita y segura que debemos limpiar con frecuencia.







Los muebles.



La acertada elección de los muebles es clave. No debemos recargar la habitación creyendo que así se verá más completa y bonita. Recordemos que menos es más. Durante el primer año basta con una cuna (el mueble estrella), una cómoda o mueble cambiador y si tenéis sitio, acaso un ropero. Más adelante será necesario un mueble para guardar los juguetes y si hay espacio un escritorio o una mesa con sillas para que el niño juegue.

Hoy en día podemos encontrar muebles convertibles que son ideales para la habitación infantil pues acompañan el crecimiento del niño. Hay muchos padres que se decantan por las cunas convertibles, pero otros dudan de su practicidad y escogen armar la habitación con los muebles por separado.

En cuanto a los textiles, tanto la ropa de cama como las cortinas y las alfombras deberían ser de fibras naturales como el algodón para evitar alergias. También hay que tener en cuenta que sean fácilmente lavables, cuando se trata de niños es primordial.



           

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