COMO ALIVIAR LA CONGESTIÓN NASAL DEL BEBE.
Esos molestos moquitos que padecen algunos bebés vuelven locas a las mamás, aquí te decimos cómo ayudar tu hijo con la congestión.
La obstrucción nasal en bebés y niños es un síntoma leve. Su problema fundamental es que es muy molesto. Los bebés tienen dificultades para respirar por la boca mientras maman o toman el biberón.Has de tener cuidado con esto porque puede agarrar miedo a comer si lo pasa mal por tener la nariz tapada.
La congestión nasal en los recién nacidos no siempre se debe, como quizá puedas pensar, a un exceso de mucosidad. Puede ocurrirles que sufran una inflamación de los tejidos que cubren la nariz a causa de virus, bacterias o alergias. Para ellos es un problema más molesto que para los adultos, ya que ellos aún no han aprendido a respirar por la boca. Por eso, se les dificulta la alimentación y se despiertan a mitad de sueño.
La obstrucción nasal puede ser por dos motivos:
1-Porque haya moco en el interior del bebé o niño.
2-Porque la nariz esté congestionada por un resfriado. La mucosa será más gruesa y el aire tendrá menor espacio para entrar.
En estos casos, a veces, se observa algo de moco transparente o espeso en la nariz. No es grave. Sin embargo, existen soluciones eficaces para aliviar esta molestia.
El alivio de la obstrucción nasal es importante para el bienestar de los bebés y los niños. La mejor manera hacerlo es aplicando unas gotas de suero salino fisiológico por la nariz.
Cómo puedes aliviar a tu bebé.
Para aliviar las molestias que sufre, especialmente si su congestión se debe a un exceso de mucosidad, hay varios consejos que puedes seguir. El más conocido y fácil de poner en práctica es lavarle las fosas nasales con agua con sal o suero salino. Moja un trozo pequeño de gasa en agua salina e introdúceselo por la nariz una y otra vez hasta ir dejándosela limpia de mocos. La sal sirve para ayudar a reblandecer la mucosidad si es muy espesa. Con el mismo efecto puedes hacerle vahos de agua con un poco de aceite natural de eucalipto o romero. También puedes añadir estas esencias en el baño, pero es importante que sean aceites naturales.
Si esto no es suficiente, compra en la farmacia un aspirador nasal ( manual o eléctrico ) para bebés, es parecido a la pera de goma de nuestras abuelas. Ármate de paciencia porque para él es muy desagradable, tendrás que hacerlo despacio y poniendo mucho cuidado. Lo mejor es que lo hagas antes de las tomas, para que pueda comer bien, o antes de dormir para que no se despierte con molestias. Lo que nunca debes hacer es introducirle un bastoncillo de algodón de los que se usan para limpiar las orejas. Y no olvides hacerle beber mucha agua, es importante que esté hidratado para evitar la congestión nasal.
Cómo evitar la congestión nasal.
Debes saber que es recomendable alargar la lactancia materna en la medida de lo posible, ya que tu recién nacido se inmuniza con ella. Es vital averiguar cuál es la causa de la congestión nasal de tu bebé, ya que el tratamiento será distinto si sufre un resfriado o si es debido a causas ambientales en cuyo caso puedes también emplear un humidificador.
Vapor frío o vapor caliente.
En el mercado puedes encontrar humidificadores de vapor frío y de vapor caliente. Los pediatras no llegan a un acuerdo, sobre el más recomendable. Por ello, vamos a analizar los pros y los contras de cada uno de ellos.
+Humidificador de vapor frío.
Este tipo de humidificadores producen vapor a temperatura ambiente, por lo tanto, no aumentan la temperatura de la casa.
Funcionan mediante ultrasonidos que evaporan el agua del recipiente. Expulsan un vapor muy fino que hace que penetre fácilmente en las vías respiratorias.
Son los más seguros porque el niño no se puede quemar con el vapor caliente y consumen menos electricidad que los de vapor caliente. Por otro lado, los humidificadores de vapor frío se deben limpiar con más frecuencia para evitar la acumulación de bacterias.
Algunos modelos recomiendan hervir el agua antes de usarla, ya que podría llevar microorganismos infecciones que puede propagarse en el ambiente. Pero otros modelos, hierven el agua antes de convertirla en vapor.
+Humidificador de vapor caliente.
En este caso usan el calor para evaporar el agua, de manera que el agua que se utiliza hierve y elimina los gérmenes y los virus.El vapor caliente es más fácil de respirar por los bebés y ayuda a abrir las vías respiratorias.
Estos consumen más electricidad porque tienen que hervir el agua y además, pueden subir la temperatura de la casa entre 1 y 3 grados. Durante el invierno, esto se puede convertir en una ventaja, ya que puedes apagar el radiador y evitar que el ambiente se seque.
Es importante, tener cuidado con el vapor caliente, ya que puede quemar. Por ello, es necesario no tenerlo al alcance de los niños con el fin de evitar accidentes.
El sistema respiratorio del bebé es sensible a ciertos factores ambientales como la humedad relativa y la temperatura. Estos factores también afectan a los ojos y a la piel del pequeño.
Lo ideal es que el bebé se encuentre en un ambiente donde la humedad oscile entre el 40 y el 60%, con el fin de evitar molestias en el sistema respiratorio.
Para medir la humedad ambiental de la habitación del bebé debes tener en casa un higrómetro. Si después de medir la humedad, esta se encuentra fuera de los valores óptimos ideales, sabrás si debes o no aumentar la humedad de la habitación.
Cuándo acudir al médico.
+Su hijo está muy decaído.
+Fiebre por más de 3 días o fiebre mayor a 40º C (104º F) o la fiebre regresa luego de haber desaparecido por más de 24 horas.
+Si el bebé tiene menos de 3 meses y presenta fiebre.
+Secreción nasal por más de 10 días.
+Congestión nasal que no le permite respirar, hablar, dormir o llorar, a pesar de la aplicación de solución salina.
+Tiene costras amarillentas alrededor de las fosas nasales.
+Tos por más de 3 semanas o dolor de garganta por más de 24 horas.
+Se presenta dolor de oído o secreción turbia por el oído.
+Presenta secreción amarilla o verdosa por los ojos.
+Presenta dolor en los senos nasales.
Con estos consejos, estamos seguras de que podrás hacerle frente al molesto resfrío en tu niño o bebé. No olvides que siempre, y de todas maneras, debes consultar con el pediatra.
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