COMO AYUDAR A TU HIJO A DAR SUS PRIMEROS PASOS...Comenzamos a caminar juntos....!!!!
Los bebés empiezan a andar cuando tienen más o menos un año de vida -
Los niños empiezan a andar cuando tienen alrededor del año de vida. Primero se ponen de pie sostenidos en algún mueble u objeto grande, como una caja o un juguete que sirva de soporte. Luego comienzan a desplazarse con pequeños pasos laterales, hasta que en algún momento reconocen tener la fuerza y el equilibrio suficientes para quedarse en posición vertical, sin necesidad de apoyarse en nada más que sus propias piernas, y se animarán a dar sus primeros pasos.
El momento en el que el bebé comienza a dar sus primeros pasos produce mucha ansiedad en los padres. Por un lado, por la alegría y la emoción que genera esta nueva etapa de la vida del niño. Por otro, por los temores ante la posibilidad de que se caiga y se haga daño. Lo importante es animar y estimular al pequeño, ayudarle a caminar, así como tomar algunas precauciones para evitar problemas.
En general, antes de caminar, los bebés gatean. Pero no siempre ocurre así. Algunos se saltan esa etapa y comienzan directamente a andar. Por tanto, no debe preocupar si el bebé supera los nueve meses y sigue sin gatear. Tampoco debe ser motivo de alarma que el bebé cumpla los 13 o 14 meses y aún no camine: cada niño es diferente, tiene su propio desarrollo. El hecho de que tarde un poco más en comenzar a andar no quiere decir que tenga algún problema: está dentro de lo normal.
Sobre todo al principio, es muy importante estar junto al bebé y acompañarle para darle la seguridad y la confianza que requiere para dar sus primeros pasos. Lo mejor es ponerse tras el pequeño, de forma que el bebé dé la espalda al adulto, y agarrarle de ambas manos. Esto permite sostenerle si tropieza e impulsarle hacia delante para hacerle notar lo bueno de desplazarse de un sitio a otro. Poco a poco, necesitará cada vez menos ayuda. Como quien aprende a montar en bicicleta, cuando quiera darse cuenta, será él mismo quien controle por completo su equilibrio.
MOTIVACIÓN.
Un truco para que el niño se anime a dar sus primeros pasos es acercar al niño a una caja con juguetes u otros objetos atractivos para el pequeño, mostrárselos y, luego, animarle a que él los saque de la caja; para lo cual deberá ponerse de pie. Luego, la caja se puede alejar un poco para que al bebé no le baste con levantarse, sino que necesite caminar.
De todos modos, nada es más estimulante para el niño que sus propios padres: si se coloca uno a cada lado y le llaman sucesivamente, el niño recorrerá la distancia de uno a otro con la alegría y la tranquilidad que le otorga saber que quien está al final del camino son sus padres. Además, para los progenitores es muy emocionante ver a su bebé caminando hacia ella o él.
Las felicitaciones, las sonrisas, los abrazos y los aplausos cuando el niño logra recorrer el camino que se le propone son fundamentales. Le llenarán de entusiasmo y ganas de seguir esforzándose para alcanzar nuevos objetivos.
TIEMPOS PARA CADA NIÑO.
Cada niño tiene sus propios tiempos. No solo para comenzar a andar, sino también para desarrollar esta capacidad. Y si bien hay que alentarle y animarle, en ningún caso se le debe obligar; menos aún si el bebé muestra signos de cansancio o irritación, ya que eso crearía una sensación de rechazo. Si está cansado, habrá que dejarlo y continuar en otro momento. Si no le apetece caminar, habrá que buscar las motivaciones y los estímulos para que sienta ese deseo.
Durante el proceso de aprendizaje, es normal que el niño pierda el equilibrio y se caiga con relativa frecuencia. Salvo que se dé un golpe de gravedad, su reacción dependerá, en buena medida, de cómo reaccionen sus padres o los adultos que estén a su lado: si los mayores se asustan demasiado o se ponen muy nerviosos, el niño tenderá a hacer lo mismo. En cambio, si relativizan el golpe, sonríen y animan al bebé a que vuelva a ponerse en pie y seguir andando, lo más probable es que no le dé mayor importancia.
Algunos expertos afirman que el caminar del bebé es genético. Si sus padres caminaron en una edad temprana, el bebé también lo hará. Lo mismo ocurrirá si hubo algún retraso. Aparte de eso, el caminar temprano o no está relacionado con el físico del bebé, con su peso, su estatura, si tiene algún problema o algún trastorno, si hace ejercicios, si recibe o no estímulos en este sentido. Todo depende también de su entorno.
ESPACIOS ADECUADOS.
Es importante crear un espacio adecuado para que el niño comience a andar. Esto implica elegir sitios despejados, para motivar que el pequeño se desplace, y cubrir los bordes de los muebles con protectores de plástico, o de espuma, para evitar accidentes. También hay que tener mucho cuidado, a partir de este momento, con cualquier objeto que se deje sobre los muebles más bajos, ya que la insaciable curiosidad del bebé le impulsará a arrojarlos al suelo, o llevárselos a la boca.
El suelo, por su parte, es aconsejable que resulte firme pero blando, como es el caso del césped, una moqueta, una alfombra o una superficie de goma. También es bueno que presente algunas irregularidades, que no sea del todo liso; ya que genera nuevos estímulos que favorecen el desarrollo del niño.
CUANDO EL BEBE SE CAE...
Muchas veces las caídas son inevitables. En el caso de que el bebé lleve algún golpe al tentar mantenerse de pie solito, cuidado para no asustarle más con tu reacción. El miedo, el susto, y la inseguridad también se aprenden. Cuando el bebé se golpee, intente calmarle y consolarle con ánimos, para que él vuelva a intentar caminar otra vez. Felicítale por la tentativa, y refuerce positivamente su esfuerzo para moverse. De lo contrario, el bebé solo valorará el fracaso, se frustrará, y sentirá que su tentativa de caminar no vale la pena. Si sigues animándole, muy pronto te verás sacando una foto o filmando a tu bebé dando sus primeros pasitos.
El parque para bebés.
Los parques para bebés, de todo tipo y tamaño, ofrecen un gran número de ventajas: dan autonomía al bebe, que se agarra a los barrotes para desentumecer las piernas, sin correr ningún riesgo; y a ti te permiten ocuparte de otras cosas en la habitación de al lado. ¡Son muy útiles en ocasiones!
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